Mayo 10 del 2020 Hoy que ya no soy niña, ni joven, sino una mujer Hoy que mis primeros años han quedado En lo más recóndito del pensamiento… Y mi mano no toca la tuya con solo un movimiento Y que enjugo mis lágrimas en silencio, sin el calor de tus palabras Hoy que debo tomar tu lugar y ser para mis hijos Lo que tu fuiste para mí, Vuelvo la vista atrás, Con la esperanza de ver tu sombra junto a la mía, Hablar tus frases, mirar por tu mirada. Latir por tus sentidos… crecer ante mis hijos Como solo tú conseguiste hacerlo ante los míos. Tiemblo de solo imaginar Que acaso quede en el intento Y trato de recordarte con tus quejas, Tus angustias y menopausias, Para sentirte quizá menos perfecta Y te reto, pero muero en el intento Porque sé que jamás podre igualarte Por eso hoy cierro los ojos, para no sentirte tan lejana, Para acortar la distancia de ese mar que nos separa, Y busco oírme en tus palabras, reír en tu sonrisa, Vibrar en el préstamo de tu carne… Y amar, amarlos en tu nombre. Hoy que los acaricie, mi mano permanecerá extendida, Porque ahí, junto a ellos y junto a mí, estará tu sombra, Tu amor y tu recuerdo, madre mía. Y seré madre para ellos, como tú lo has sido para mí.
Yolanda Tafoya Ruiz